ADAN LÓPEZ ALEMÁN
«La colisión». Cada vez que me embarco en el proceso artístico al pintar un nuevo retrato, en cierto momento, la presencia de la persona retratada se vuelve inevitable. Ese punto en el que ocurre el cambio de ser un lienzo con pigmento depositado en él, a ser una persona con un alma presente en mi estudio, lo llamo «La Colisión». No hay un momento específico de la colisión en ninguna parte del proceso creativo. En algunas imágenes, puede ocurrir temprano y en otras casi al final. Así que he llegado a la conclusión de que el nivel de detalle no juega ningún papel. Es algo que hago intuitivamente y no puede explicarse con reglas ya establecidas.
Cuando pintamos retratos, estamos hablando de más que solo la técnica y el soporte que utilizamos. Para mí, un retrato no se trata de pintar un rostro, se trata de pintar el alma. Si solo intentara retratar las características de un rostro o las formas de un cuerpo, el espectador nunca se conmovería con mi trabajo. La clave es transmitir una emoción, un sentimiento. Primero, tienes que sentir la obra y luego puedes entenderla. Es este enfoque el que siempre trato de lograr con cada obra que creo.
Cuando me di cuenta de que las personas que observaban mi trabajo siempre coincidían en que podían sentir una fuerza proveniente del lienzo, decidí llamar a mi trabajo «Pinturas del Alma».»